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Esta entrada está dedicada a la, para mí, más estremecedora escena de la película Okuribito (2008) de Yojiro Takita, aquí titulada Despedidas. Además permite conocer en qué consiste la ceremonia del nōkan, muy importante para poder comprender y valorar mucho mejor esta inmensa película.
Primero un poco sobre el argumento:
Daigo Kobayashi, un violonchelista en una orquesta de Tokio, pierde su trabajo debido a la disolución de la orquesta. Después de dejar de tocar como violonchelista profesional, decide vender su chelo y regresar a Sakata (Yamagata) su ciudad natal junto con su esposa para encontrar un nuevo empleo. Un día, encuentra un anuncio de trabajo que "ayudaba a las partidas" para la Agencia N.K, por lo que pensó que se trataba de un empleo relacionado a una agencia de viajes. Pero en la entrevista, descubre que N.K. es una abreviatura de 納棺 nōkan (literalmente: colocar en el ataúd), y que de hecho se trata de una agencia que realiza la ceremonia del amortajamiento para las funerarias. El anuncio del trabajo de "ayuda para las partidas" era en referencia a viajes al más allá. Daigo siente extrañeza y rechazo, pero le vence el estupendo sueldo y sobre todo la personalidad del jefe de la agencia y su ayudante. Avergonzado, dice a su mujer que trabaja "organizando ceremonias". Poco a poco, supera sus miedos y su rechazo, y a través del respeto con que trabaja su maestro, descubre una dimensión nueva de la muerte y las relaciones humanas.
Pues bien, a las personas que realizan ceremonia del nōkan se les llama nōkan-shi. El ritual consiste en preparar al difunto para el viaje a la otra vida. Pero el hecho de que se siga un rito tiene un sentido enmarcado dentro de la religiosidad shintoista de preparación del cadáver cuya alma está migrando al más allá. Es un rito religioso de purificación en el cual el nōkanshi empieza su trabajo preparando la cara del difunto, lava su cuerpo y lo viste con la ropa preparada para el funeral. También se maquilla al difunto y se le moja la boca con agua para que no pase sed en su viaje al más allá y, en el caso de los hombres, se les afeita. Finalmente se reposa el cadáver en el ataúd, primero el cuerpo y luego la cabeza. Todo este ritual se realiza con gran delicadeza, con unos movimientos elegantes, armoniosos y efectivos realizados por el nōkan-shi en presencia de toda la familia del difunto que ve todo el proceso sin llegar a ver nunca el cuerpo desnudo del fallecido.
Esta ceremonia se puede ver en Okuribito en varias ocasiones, pero la que guardo en este blog a través del siguiente vídeo es particularmente emotiva y emocionante. Para un japonés el trabajo del nōkanshi es uno de los peores trabajos. Por eso Daigo, el protagonista, engaña en primera instancia a su mujer. Pero poco a poco, y en esta escena se ve, Daigo empieza a comprender y admirar la profesionalidad de su jefe y como su trabajo bien hecho, el trabajo que está aprendiendo, consigue la comprensión y la gratitud de todos aquellos que presencian la ceremonia.
A partir del minuto 2:28 en el siguiente vídeo
A partir del minuto 2:28 en el siguiente vídeo
Siempre se tacha al cine japonés de excesivamente lento y acompasado. Pero en muchas ocasiones pensamos que es así porque no hemos terminado de entender o de saber más sobre la cultura japonesa. No obstante, respecto de esta ceremonia en concreto es cierto que, según he podido leer por ahí, ya no es tan generalizada en el Japón entre otros motivos porque resulta cara y porque la sociedad japonesa también evoluciona como la occidental en muchos aspectos. Y en este asunto concreto es ya más común despachar al difunto cuanto antes.
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