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Se hace necesario encontrar y visionar “Dejad paso al mañana” (1937) de Leo McCarey, la película estadounidense en la que se inspira la película de Yasujiro Ozu.
En cualquier caso, “Una familia de Tokio” me ha parecido una película notable y por eso la recomiendo. Respecto de la película de Ozu, Yamada introduce algunos cambios y algún personaje nuevo para desarrollar esta historia muy cercana a cualquiera de nosotros y que nos muestra perfectamente la realidad de la que podríamos llamar “clase media” urbana en el Japón. Imposible no emocionarse en el devenir de esta pareja de ancianos ante la realidad de la vida de sus hijos y sobre todo en el desenlace de este viaje. Y si una película consigue esto es porque los actores están muy bien, la historia está muy bien contada y la filmación (a ras de suelo en este caso) consigue mostrarte todo esto.
Al menos esto no deja de ser una opinión personal, como también lo es la recomendación para todo aquel que se apega al tópico de “las películas japonesas son lentas” o “los japoneses son malos actores” que no debería acercarse por esta película.
Trailer.
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