domingo, 20 de noviembre de 2016

Time after time (1979)

Fecha estelar: -306112.3
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Algunos spoilers en esta entrada...., de una película que tiene 37 años.


Time after time (1979)
Dir. Nicholas Meyer



Es un riesgo revisitar, muchos años después, algunas películas que forman parte de un particular olimpo cuyos cimientos se construyeron cuando, para ver cine, imperaba el videoclub del barrio y las películas en VHS a doscientas pesetas el fin de semana. Aparte de los títulos que siempre están en boca de todos, que son frecuentemente revisitados, remasterizados y/o “rebooteados”, más bien diría ultrajados en su mayor parte, hay muchas películas de aquellos años ochenta que están más olvidadas pero que a veces se recuerdan como muy buenas e interesantes. Sobre todo, en mi caso, las de ciencia ficción. El caso es que, ante la tesitura de volver a verlas, hay mucho miedo de encontrarte con aquello de “la película ha envejecido muy mal”, o un “no puedo creer que me gustara tanto esta película si es más mala que un dolor”,…., y pese a todo, defender el producto a capa y espada en base a que hay que tratarlo con los ojos de un chaval de entonces y/o circunscribir la película a la época en que se rodó. Es evidente que entre los dos extremos, películas que aguantan perfectamente el paso del tiempo de lo buenísimas que son, a las que hay que ver con los ojos y la edad de la época porque vistas ahora son malísmas, hay un gran espacio en el que cabe de todo.

Y toda esta introducción porque tenía mucho miedo de que Time after time, aquí titulada Los pasajeros del tiempo, perteneciera a ese grupo de películas de las que es mejor no volver a ver, es mejor tener un buen recuerdo de ellas en la memoria. Pues no, pues resulta que finalmente sale bastante airosa aunque a buena parte de la película hay que buscarle algún aliciente, algo conocido muy a posteriori, para que pueda ser tragado sin que deje herida.
Nicholas Meyer
Time after time fue el primer largometraje de Nicholas Meyer, un director que cualquier trekkie que se precie debe tener en un altar pues ha rodado por dos veces (las mejores) con la tripulación del capitán Kirk. Desde luego las tres primeras películas de este director (Time after time, Star Trek II: La ira de Khan -1982- y El día después -1983-) pasan por ser sus trabajos mejor valorados, con razón.
La idea que da lugar a la película no puede ser más interesante: considera que H. G. Wells construyó en realidad una máquina del tiempo que es utilizada por Jack el Destripador para viajar al año 1979 donde puede continuar con sus asesinatos con mayor impunidad.

Pese a lo “fantástico” de la idea, todo lo referente al momento histórico puede resultar plausible ya que la película empieza en 1893, cinco años después del último asesinato de Jack el destripador, que ha decidido volver a sus andanzas. Se asigna la identidad a un ficticio Dr. John Leslie Stevenson (David Warner) que es un buen amigo de H. G. Wells  quien, evidentemente, desconoce su identidad real (una entrada sobre las películas que han tenido como asesino a Jack el destripador aquí). Y, efectivamente, en 1893 H. G. Wells ya estaba trabajando en su novela La máquina del tiempo que publicó finalmente en 1895. También están bien trabajados los diálogos en esta parte de la película, no se trata de conversaciones de relleno ya que verdaderamente H. G. Wells era un firme defensor del socialismo y de su instauración pacífica en Gran Bretaña, perteneció a la Sociedad Fabiana, así como de la liberación de la mujer.

Después de la presentación de todo, el grueso de la película se traslada al San Francisco de 1979. La explicación del por qué la máquina del tiempo se traslada de lugar, desde Londres a San Francisco, es de lo más sibilino y hay que tragarlo. Supongo que la realidad fuese que rodar en San Francisco resultaba más barato que rodar en Londres. Por cierto, el diseño de la máquina del tiempo es deplorable, si bien el panel de tiempos es una proto-versión del que aparecerá en Regreso al futuro (1985). Aquí gana, por goleada, la máquina del tiempo que aparece en El tiempo en sus manos (1960) de George Pal. El intento por tener una identidad propia y no copiar una película mítica (ésta sí que ha envejecido bien) les hace diseñar una máquina que parece un helicóptero anfibio preparado como regalo para el capitán Nemo. También, ese intento de no copiar la película de Pal, les obliga a que el viaje en el tiempo sea una especie de trasunto del lisérgico viaje del astronauta Bauman en 2001: una odisea espacial.

Ese panel me suena

¿Alguien reconoce al niño que señala en el museo?
El futuro Goonie, Corey Feldman
Pues bueno, ya estamos en el San Francisco de 1979. Jack el destripador está suelto por sus calles y H. G. Wells también viaja a este lugar con el noble propósito de devolverlo a su época, a la justicia.  No me dirán que la idea no es de lo más brillante. Aquí es cuando la película, que prácticamente ha empezado, alcanza el punto más alto de interés a la vez que da un giro radical, inherente al cambio de época, para pasar a ser un viaje al futuro, para jugar con el protagonista al enfrentarlo a las modernidades del San Francisco de 1979. Y esto en sí es un acierto porque el interés no decae. Sin embargo se omite cómo ha sido el “aterrizaje” de Jack el destripador en esta época, que es un apartado por el que la película cojea un poco.


En este viaje hacia el futuro Nicholas Meyer puso en práctica algunas situaciones que luego repitió cuando hizo el guion (otro agradecimiento trekkie) de la cuarta entrega de Star Trek e hizo que la tripulación del Enterprise viajara al pasado, desde el siglo XXIII hasta el San Francisco de 1986 (Star Trek IV. Misión: salvar la Tierra -1986-). Da la sensación, es decir, que no sé si es cierto, que algunas escenas urbanas parecen grabadas con la cámara oculta dada la reacción que tienen los viandantes. Y el hecho de que los escenarios sean reales da un aliciente adicional hoy día por la parte de “documento sociológico” que tiene, con anuncios de Camel colgando como cuadros en los taxis, con coca colas a 37 centavos y una big-mac a 95 centavos de dólar. Hay una gran diferencia cuando hay escenarios y figurantes de por medio. De hecho, hay una escena en las urgencias de un hospital donde inexplicablemente todo el mundo está sangrando obstensiblemente que es, si te fijas en la actuación de los figurantes, muy delirante. Vamos, tal como ocurre con algún figurante en la playa de Tiburón (1975) de Steven Spielberg, que si empiezas a fijarte en él te saca de la película, de la tensión narrativa.

¡qué precios!

Y entre tanto, alguna buena broma como una marquesina anunciando el estreno de El Exorcista IV, broma que, por otra parte, también se utilizó con el Tiburón-19 en la segunda parte de Regreso al futuro. Las referencias, conexiones u homenajes que uno puede encontrar, o que uno quiere ver, desde la saga de Regreso al futuro hacia esta película no son pocas: nada más llegar Wells a San Fransicso y se ve envuelto entre un grupo de hare krishna, igual que Martin Mc Fly en la segunda de Regreso al futuro después del susto del Tiburón-19. Los hare krishna en los viajes al futuro siempre dan mucho juego, que también se les puede ver, por ejemplo, en las calles de Los Ángeles, en el futuro distópico presentado en Blade Runner. Y no puedo entender el motivo de los hare krishna estos.


 
Pero sigamos. Entonces, H. G. Wells (de lo mejorcito que ha hecho Malcolm McDowell como actor) entra en un banco y conoce a Amy (Mary Steenburgen, muy jovencita). La película se viene abajo por momentos. Toda la parte del romance es muy naif y quita mucho ritmo a la película. Es lo que realmente sobra aquí pues el interés está en la persecución. Así, la película se estanca hasta que decide volver a arrancar pero ya de una forma poco interesante por lo predecible. Si hubiera seguido por el camino de la ciencia ficción, la persecución a otras épocas por ejemplo, habría resultado mucho mejor. Pero se decide cerrar el círculo de la vida real de Wells y contar una versión fantástica de cómo en esta persecución del asesino cirujano, el escritor Wells conoció a la que fuera su segunda esposa, Amy Catherine Robbins. Pero bueno, a pesar de todo lo aburrido, estas escenas adquieren otra perspectiva cuando conoces que en el rodaje de esta película Mary Steenburgen y Malcolm McDowell empezaron una relación real que les llevó al matrimonio un año después, en 1980. Y lo cierto es que las miradas y los arrumacos que se dan, como que parece que tienen poca parte actoral.


Conclusión: Time after time es aún hoy día una buena e interesante película, con sus pegas, pero que resulta de lo más entretenida. No ha envejecido nada mal.



Y para finalizar, otra conexión con Regreso al futuro, esta vez la tercera película. Mary Steenburgen puede mostrar el orgullo de ser la actriz que se ha montado en dos máquinas del tiempo y tener dos aventuras temporales, una como Amy junto a H. G. Wells en su máquina del tiempo y otra como Clara Clyton junto a “Doc” Emmett L. Brown en una locomotora-máquina del tiempo que, además, vuela.


Trailer:


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Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.

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Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 48)

Fecha estelar: -306113.3
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Películas reseñadas:

- No respires (2016)
- Train to Busan (2016)
-  Castaway on the Moon (2009)
- The Chaser (Chugyeogja, 2008)


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No respires (2016)
Dir. Fede Álvarez

El mejor título en castellano para la película, en lugar de "No respires", debería ser "¡No pienses!"

Una película cuyo guion cabe en un papel de fumar, y con buena letra. Muy poco preocupada por dar coherencia al origen de lo que ocurre dentro de la casa y más centrada en encerrar a sus protagonistas en la misma para la ensalada de pasillos oscuros y tiros al aire.

Tildar esta película de terror es una broma. Habiendo visto últimamente la segunda parte de "Expediente Warren" y recordando lo bueno que es James Wan mostrándote la casa mientras mueve la cámara por ella, este caso es todo lo opuesto, que estás más perdido que Spiderman en un descampado y claro, así luego vienen las teletransportaciones inexplicables de personas y animales.

Al menos, la duración no es excesiva. Fede Álvarez no emplea ni un cuarto de hora en presentar al trío protagonista aunque también aquí cae en la trampa de anticipar soluciones con el "soy rebelde porque el mundo me hizo así" que está ya más usado que un billete de cinco euros. El nuevo código Hays del cine moderno en el que todos son malos o moralmente reprobables, pero siempre hay unos más malos que otros (Por mi parte, siempre quise que el Correcaminos, cuya moralidad también era discutible con tanta risita prepotente, acabase siendo devorado en vida por el Coyote).
 
Con una escena de un mal gusto alevoso y con alguna escena interesante, sobre todo por los oscuros sótanos de un MacGiver ciego peligroso que ha llegado a montar el "tinglao" que tiene de la siguiente forma ...¿?
¡No pienses!
4/10 - Pasable


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Train to Busan (2016)
Dir. Yeon Sang-ho

     En el año 2006 Max Brooks escribió una gran novela sobre una imaginada guerra mundial contra zombis, Guerra Mundial Z. Tal fue su éxito que en el 2013 Marc Foster llevó su “adaptación” a la gran pantalla de la mano de Brad Pitt. .... 
Ver la reseña completa aquí.
8/10 - Notable
 
















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Castaway on the Moon (2009)
Dir. Lee Hey-jun

Originalísima historia. Para nada esperada cuando ves empezar a un bastante patético protagonista que no sabe suicidarse. Lee Hey-jun, que también firma el guion, se toma su tiempo para que conozcamos al personaje con un tono de comedia que para nada hace presagiar la hermosa historia que nos tiene preparada sobre la inadaptación a la sociedad y la elección propia de aislarnos de la misma. Tan es así que la otra parte de esta historia, para mí la mejor parte, tarda bastante en aparecer pero, cuando lo hace, la película da un giro rotundo que Lee Hey-jun sabe llevar y entrelazar en un hermoso cuento que es imprescindible entender tal y como se cuenta para su disfrute completo. Es claro que todo es muy alegórico pero si te entretienes a pensar en ello te pierdes la pura esencia que a través de la historia y las imágenes Lee Hey-jun nos está mostrando. 

No es necesario contar nada más, los dos protagonistas están soberbios y el ritmo que Lee Hey-jun imprime es precisamente el necesario porque la historia que se cuenta lo merece. De hecho, no es fácil dar un final a la misma. La solución elegida se me antoja la mejor de todas.

8/10 - Notable







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The Chaser (Chugyeogja, 2008)
Dir.: Na Hong-jin

Primer largometraje del director de "The Yellow Sea" (2010), un buen thriller, y de "El extraño" (2016) otro trhiller de ambientación rural que se ha estrenado este fin de semana en España. Na Hong-jin parece que se está decantando por realizar películas que se adentran en lo más sórdido del ser humano envolviéndolas como películas de género.

The Chaser cumple perfectamente como trhiller, en este caso película con asesino en serie, aunque Na Hong-jin no quiere llevar el misterio por la parte de la caza del asesino, que casi nada más empezar la película es apresado, sino por la búsqueda de sus victimas. De hecho, la película va claramente de menos a más principalmente en la evolución de su protagonista principal que inicialmente se nos pinta como un proxeneta con pocos escrúpulos. Lo mejor de la película está cuando el protagonista empieza verdaderamente a indagar para buscar a su prostituta y empieza a cambiar su percepción sobre ella.

Aunque tiene buen ritmo, la película peca en el alargamiento excesivo de algunas escenas, sobre todo en el tremendismo de los enfrentamientos cuerpo a cuerpo y a martillazos, cosa, por otra parte, es ya más que habitual en el cine en general (lo del alargamiento de los enfrentamientos, aunque el asunto de los martillazos también es habitual, un descubrimento coreano para aclarar disputas frente a la prohibición de portar armas de fuego). Pero el caso es que ya resulta un cliché el hecho de que debe haber un enfrentamiento tremendo entre los protagonistas. En este caso el cliché lleva a que el guion, aunque bien cerrado y sin agujeros, presente situaciones excesivamente kafkianas y alguna que otra casualidad de la vida que no tiene otro sentido que llevarnos a lo esperado finalmente.
Ahora bien, la lectura que hace a esta película tan buena es la poca concesión que da Na Hong-jin a la hora de retratarnos el sórdido mundo en el que se desarrolla. Es implacable para con la historia y, desde luego, para con el espectador al que sabe llevar por el camino que no espera.

7/10 - Buena



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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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domingo, 13 de noviembre de 2016

Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 47)

Fecha estelar: -306132.6
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Películas reseñadas:

- Blood father (2016)
- Rojo oscuro (1975)
- Experimenter (2016)
- Kubo y las dos cuerdas mágicas (2016)


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Blood Father (2016)
Dir.: Jean-François Richet

Lo que hace que esta película sea interesante y no una más del montón es, desde luego, Mel Gibson. Sin la presencia de Mel Gibson la película no llega ni al aprobado, más que nada porque la historia que desarrolla es poca cosa, pero la presencia del cansado rostro de Gibson sube muchos enteros. Un actor al que da gusto ver de vez en cuando pues, por el motivo que sea, se prodiga muy poco para desconsuelo de quienes admiramos sus trabajos. Sobre todo como director, un gran director.

Aquí tenemos de nuevo la manida historia fronteriza de capos del cartel mejicano implacables persiguiendo a quien se sale del tiesto. Todo muy visto ya, con actores de lo más normal (excepto William H. Macy) para una historia que nos presenta una impostada hija (a Erin Moriarty no me la creo en ningún momento) que un Mel Gibson en proceso de readaptación a la sociedad tiene que proteger.

Jean-François Richet, director del que solo conozco el pasable remake de la película de Carpenter, Asalto al distrito 13 (2005), rueda con energía y buen ritmo y el resultado es que la película, que no se alarga innecesariamente, es bastante entretenida. Y, además, hay que agradecerle el homenaje que hace al propio Gibson con un momento "Mad Max" con moto y recortada que no puede más que sacarte una amplia sonrisa en el momento en que lo ves.

Es dura la vida en la frontera. 
6/10 - Interesante


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Rojo oscuro (1975)
Dir: Dario Argento

Otro ejercicio del estilismo visual propio del Sr. Argento, pero nada más. Hay muchas películas que es mejor no revisitar años después, sobre todo cuando esos años separan la juventud de la madurez, aunque sospecho que esta película era tan mala antes como lo es ahora, la tenía ovidada.
Ver hoy día reposadamente una película de Dario Argento, sobre todo las setenteras mejor valoradas como lo es ésta o Suspiria (1977), muestra que el director está muy preocupado por el efectismo de las escenas, los movimientos de cámara, la utilización del color, los primerísimos planos..., vamos lo que viene a ser un ejercicio de estilo. Ahora bien todo el esfuerzo realizado parece que le absorbe todas las energías porque el cuidado en todo lo demás es deplorable.
Una historia que parece que se va inventando sobre la marcha, con más agujeros que un colador, unos actores malísimos, que no se salva ni uno, y una música que se quedó anclada a su época y que se hace del todo insoportable, machacona y para nada circunstancial. Claro que alguien dirá que todo esto que es malo o poco cuidado es característico del giallo, que aquí lo que importa es el estilo y lo bien que queda la truculencia y el gore-light (aquí mal envejecido, aunque normal para una película con más de cuarenta años). El gore regado con ketchup saturado de pimentón de la Vera. Pues sí, será eso.
En las películas de terror de la Hammer utilizaban el mismo ketchup, pero ¡qué diferencia de películas! Al menos muchas de la Hammer no envejecen nada mal.
3/10- Floja



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Experimenter (2016)
Dir. Michael Almereyda

Drama biográfico basado en hechos reales es el género en el que está adscrita esta película de Michael Almereyda. Sin embargo no se trata de una biopic al uso sino que, por una vez, está centrada en el principal descubrimiento del protagonista y en las consecuencias posteriores del mismo y menos centrado en el relato familiar y de superación que es lo que se suele contar en estas películas.
Quizás sea porque la vida de Stanley Milgram fuera, por una vez, como la del común de los mortales, normal dentro de la normalidad institucionalizada. De hecho, todo lo que se cuenta sobre su vida marital a lo largo de los años parece simplemente relleno.
El campo de trabajo de Stanley Milgram fue el de la psicología social y su experimento más relevante acerca de la obediencia ante la autoridad de las personas fue realizado a principios de los años sesenta. ¿Fascinante?
Pues, la verdad, en mi caso, solo relativamente. Por la escenificación del experimento y su conclusión, pero nada más. Por tanto, pronto aparece el aburrimiento. Y eso que Michael Almereyda cambia el formato del biopic por una especie de documental con unas ideas estéticas muy peculiares, que al menos distraen un poco y llaman la atención, y donde el actor que encarna a Milgram (Peter Sarsgaard, bastante convincente) no para de romper la cuarta pared para explicar y explicar al espectador sus ideas y conclusiones. Al final se pone muy pesado.
A pesar de que Stanley Milgram ideó otros experimentos “psicosociales”, que se describen como de pasada en la película, el tema principal es el experimento sobre la obediencia y la película queda finalmente como una especie de documental sobre el mismo. Vamos, un truño si no estás mínimamente interesado sobre el tema ya que el director no se interesa en mostrártelo interesante. O lo tomas, o lo dejas.

5/10 - Pasable 


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Kubo y las dos cuerdas mágicas (2016)
Dir. Travis Knight

Excelente animación Stop Motion e impresionante y admirable trabajo de los artistas conceptuales a partir de los cuales se ha dado vida a este cuento que flojea por la parte de la historia, más bien por no centrarse en hacer un producto dirigido clara y nítidamente a un público adulto.

Ciertamente, en el terreno de la animación norteamericana, a Kubo se le puede agradecer el intento de alejamiento de las manidas y moralizantes historias para todas las edades a que nos tiene acostumbrados el gigante Disney y, también últimamente, su filial Pixar. Pero Kubo no da el paso completamente y ése es el error que hace que esta película no alcance, en mi opinión, el escalón de lo sublime.

Tiene una primera parte espectacular, toda aquella de presentación de la historia, del misterio que rodea al estado de Kubo y de su madre. (Que, por cierto, me hacía recordar la, esta vez sí, magnífica "La canción del mar" (2014) de Tomm Moore). Ahora bien, cuando la aventura empieza, cuando el viaje arranca, la historia se ciñe a modelo narrativo conocido, bastante cercano al pase por etapas de un videojuego y, por tanto, previsible. (Algún spoiler en la siguiente frase) Tampoco me queda muy claro si los guionistas sabían cómo terminar la historia desde un punto visual y artístico, demasiado parecido al de "El niño y la bestia" (2015) de Mamoru Hosoda aunque la película del director japonés es visualmente mucho más asombrosa en este final.

Casi todo el tono de lo que se ve y se oye es bastante adulto, mucho más si uno se plantea un resumen de lo que ha ocurrido y está ocurriendo en esta familia y en cómo se está resolviendo todo. Pero, siendo quizás consciente Travis Knight de que todo tiene un tono demasiado oscuro y críptico para un niño, introduce entre medias el gag supuestamente gracioso y las frases cómicas que justifican mi opinión sobre la indecisión de llevar la película por un camino concreto más cercano al drama fantástico que a la típica película para llevar a los niños al cine. Los títulos de crédito finales me parecen una muestra ejemplar de lo muy bueno y lo malo de esta película. Entre lo bueno, el esfuerzo artístico de todo el film con múltiples referencias en el Japón que se agradecen finalmente en los títulos con en el homenaje a la Gran Ola de Kanagawa que se puede llegar a ver. Entre lo malo, el incomprensible momento making-of incrustado en los propios títulos de crédito. Solo hay un camino y se empeñan en poner dos.
7/10 - Buena



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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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sábado, 5 de noviembre de 2016

Train to Busan, el camino que Marc Foster/Brat Pitt debieron tomar

Fecha estelar: -306154.5
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Train to Busan (2016)
Dir. Yeon Sang-ho

     En el año 2006 Max Brooks escribió una gran novela sobre una imaginada guerra mundial contra zombis, Guerra Mundial Z. Tal fue su éxito que en el 2013 Marc Foster llevó su “adaptación” a la gran pantalla de la mano de Brad Pitt. No tuvieron ningún reparo en titular la película igual que la novela cuando se puede decir que casi no tienen nada que ver.

     La película de Marc Foster es poco más o menos que un desastre. Su pecado: intentar abarcar todo lo que quiso escribir Brooks cuando Guerra Mundial Z es novela de imposible película, es más bien novela para adaptar en un formato seriado. Mucho más acertado ha estado Yeon Sang-ho con Train to Busan, un peliculón que te hace pensar que la adaptación de Guerra Mundial Z tenía haber tirado por este camino.
Es como si Yeon Sang-ho hubiera tomado uno de los escenarios que se cuentan en la novela (aunque en realidad no está en ella) y hubiera adaptado dicho escenario, su historia completa, a una película, sin abarcar nada más. Y el resultado ha sido muy bueno (y ya van ¡¡dos buenas películas coreanas con trenes!!).









     En el apartado técnico poco se puede objetar, las transformaciones en zombis están más que bien hechas y las escenas con efectos cantan muy poco. Yeon Sang-ho rueda con buena mano y pronto entra en ritmo pues no se detiene mucho tiempo presentando los personajes, pronto pasa a la acción y la película coge un ritmo que hace que se pase volando. Peca, eso sí, de alargar algunas escenas de tensión crítica y de montarlas en paralelo de manera que, cuando finalmente resuelve una de ellas, tiene que volver a la que queda pendiente que te resulta como alejada en el tiempo. Es el problema de dividir a los personajes. No obstante Yeon Sang-ho no inventa ni se saca cosas de la manga, siempre tiene a sus personajes bien localizados sin necesidad de recurrir a la elipsis más que en algún caso que, por otra parte, no tiene otro sentido que alargar un poco más la película.

The king of pigs (2011)
Una reseña a esta película aquí


The Fake (2013)
     Hay que recordar que, al menos que yo sepa, es la primera película con imagen real de Yeon Sang-ho pues sus dos anteriores largometrajes, The King of Pigs (2011) y The Fake (2013) son películas animadas. Director muy pesimista en estas películas, duro y que ofrece pocas concesiones al espectador, Yeon Sang-ho está muy centrado en sacar a la luz las miserias y lo peor que hay dentro del ser humano. Y se puede decir que en Train to Busan también hay mucho de este carácter. Eso sí, las historias extremadamente crudas y violentas de sus películas animadas no se ven favorecidas por el estilo de animación que utiliza, circunstancia que se ha visto perfectamente superada en su paso a la imagen real. Ahora bien, aunque este cambio a la imagen real también ha ido acompañado con un giro radical de temática, de contar historias sobre la vida real a contar una historia de zombis, el carácter poco condescendiente del director para con sus personajes es más que patente. Y también el carácter alegórico de estos personajes y la “mala leche” que tiene el director para con el periplo vital de alguno de ellos y las consecuencias de sus acciones.

     Con una animación algo más cuidada, aunque con los mismos defectos por lo que se puede ver en el tráiler, Yeon Sang-ho, también ha estrenado este año otra película de zombis que parece un complemento de Train to Busan. Viene a ser como otra historia enmarcada en esta guerra zombi que habrá que visitar.







Trailer:




Spoiler:

     Conociendo el tono que Yeon Sang-ho ha dado a sus películas anteriores y viendo a los supervivientes en la última escena, me asaltó la gran duda de su resolución pues esta escena solo puede tener dos finales posibles. ¿Será capaz? ¿Tan mala leche tendrá? ¿O no?




Valoración: 8/10 - Notable

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Amigo lector, recuerda que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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miércoles, 2 de noviembre de 2016

Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 46)

Fecha estelar: - 306161.7
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Películas reseñadas:


- Expediente Warren, el caso Enfield (2016)
- De tal padre, tal hijo (2013)
- I am not a serial killer (2016)
- Dos hermanas (2003)


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Expediente Warren: el caso Enfield (2016)
Dir.: James Wan

Segunda película que James Wan dedica al matrimonio Warren y a uno de los casos que tuvieron entre manos. Bastante más floja que la primera, que no pasó del interesante, el mago del "susto por refilón(*)" se repite mucho, como ajo al que no se extirpa el germen interior.

(*) Susto por refilón. 1. Dícese de aquel susto que se produce porque, con buena maestria, el pretidistador consigue centrar tu atención precisamente por donde no vienen los tiros. 2. Susto que ves venir por el rabillo del ojo.

Pese a que la película me resulta decepcionante, quizás porque mis terrores son otros más terrenales y estos que se muestran aquí afectan poco, lo que es muy loable de la misma es lo bien que rueda James Wan este género de películas. Muy bien fotografiada la oscuridad que es preceptiva en estas películas, James Wan sabe mover la cámara de maravilla, enfocar y desenfocar según sus necesidades (el susto de refilón) y plantear con maestría travellings en plan de falso plano-secuencia  que te permiten conocer perfectamente la disposición de habitaciones y pasillos. El plano-secuenca que muestra la casa necesariamente tiene que estar editado, una cámara no atraviesa cristales.

Pero ya está. Porque el empacho cansa y mucho. La mejor parte está en el primer tercio de película, en las visiones de Lorraine Warren. Pero es evidente que ante lo poco que hay que contar (no se decanta por llevar el misterio hasta el final y éste no dura ni un tercio de película) el recurso es alternar escena tranquila con escena de susto y así sucesivamente, incluyendo en el repertorio planteamientos originales y otros muy manidos, como la elevación del volumen para el llamado "susto de un segundo(**)". Pero hete aquí que de pronto el fantasma decide dejar de ser discreto y mostrarse abiertamente a todo el que quiera: los dos tercios restantes de película pierden mucho por este motivo, pasamos desde miedo y el misterio de la presencia fantasmal hacia el pesado y repetitivo fantasma tocapelotas y el empacho de nochecitas toledanas. Y lo peor de todo: la vanalidad de la idea que finalmente termina resolviendolo todo mientras te estás preguntado cuáles son las verdaderas intenciones de este demonio. Al menos a mí mente obtusa y demasiado racional no quedan nada claras.

(**) Susto de un segundo. Dícese de aquel susto en el que no más de 20 fotogramas de un rostro macabro se aparecen de repente acompañados de una subida del volumen de nosecuantos decibelios.

No dudo que cualquier aficionado al mundo de lo paranormal, que conocerá el supuesto caso en que se basa, habrá disfrutado mucho más esta película por las continuas referencias que debe tener y que el propio director, como ya hiciera en la primera, muestra en los créditos. Y esto aparte de que luego la película decida retorcer todo hacia una efectista historia de fantasmas, que es de lo que al fin y al cabo se trata y pretende. Eso sí, con poco misterio y demasiado "susto".
5/10 - Pasable


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De tal padre, tal hijo (2013)
Dir: Hirokazu Koreeda

En el panorama del cine japonés actual, al menos del cine japonés al que se puede acceder desde aquí, Hirokazu Koreeda es uno de los más interesantes directores en cuanto a un cine que quiere mostrar cómo es la realidad social en el Japón actual y cómo es afrontado por parte de las familias. Eso sí, Koreeda no elije, desde luego, situaciones sencillas. Sus "familias" siempre están desestructuradas por un motivo u otro. En "Nadie sabe" (2004), para mí su más importante película hasta ahora, son cuatro niños de distinto padre que viven juntos y que nunca han ido al colegio; en "Still Walking" (2008) es la muerte de un hermano mayor la que reune a la familia; en "Kiseki" (2011) son dos niños separados en la distancia porque sus padres están separados; en la más reciente y también muy notable "Nuestra hermana pequeña" (2015, una reseña en esta entrada) tres hermanas, que viven juntas, acogen a una cuarta hermana fruto de un segundo matrimonio de un padre que las abandonó de pequeñas; y finalmente aquí, en "De tal padre, tal hijo" dos familias desconocidas, de muy diferente condición social, reciben la noticia de que sus respectivos hijos de seis años fueron intercambiados al nacer. Casi nada.
El caso es que Koreeda es muy bueno en lo que hace porque nunca cae en el sentimentalismo barato por mucho que las situaciones que plantea sean muy propicias, sobre todo en esta última de los niños intercambiados. Además, sus películas no pierden interés en ningún momento por dos motivos: su ritmo siempre es pausado pero avanzando en la resolución de la situación familiar en la que sabe implicar al espectador, sabe dar tiempo para ponerlo en situación y que pueda valorar qué haría en situaciones como las que viven sus protagonistas. Y el segundo motivo, desde luego, la habilidad del director para mostrar la realidad social del Japón actual, desde la dureza de la indiferencia, casi la inhumanidad de "Nadie sabe" a las diferencias sociales entre estas dos familias y el trato que tienen entre ellas. Quizás algo maniqueísta al asignar una mayor falta de humanidad a la ambición por el ascenso y el trabajo de uno de los protagonistas frente a todo lo contrario de la otra familia. ¿Siempre es así?
Quizás, de entre todas estas películas sobre la familia de Koreeda sea ésta la más irregular. Y no precisamente porque el enfoque del drama familiar no sea maduro, serio y creíble, que lo es, siempre alejado de efectismo sentimentaloide y del tremendismo de los enfrentamientos, sino porque el giro hacia la solucion final surge, me lo parece, de una forma abrupta y está demasiado centrada en uno de los cuatro protagonistas.
Muy de alabar también la capacidad en el casting de niños, muy presentes y protagonistas en las películas de Koreeda.También en rodar con ellos pues casi siempre tiende a no forzarles y filmarles en situaciones espontáneas. Aquí, acierta de pleno con Keita.
7/10 - Buena



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I am not a serial killer (2016)
Dir: Billy O'Brien

Tiene un punto de partida bastante interesante en el que el protagonista, John, se nos muestra como un poco comunicativo adolescente, un sociópata en potencia obsesionado con conocer las historias de asesinos en serie que, para colmo, ayuda a su madre en una funeraria embalsamando cadáveres. Como vemos, todo de lo más habitual para montar finalmente una película cuya deriva no queda del todo bien completada.

Lo que no me explico es el motivo por el que casi todas las películas accesibles (al menos a las que yo puedo acceder) marcadas con el sello de "cine independiente" americano tienen una factura tan parecida que pasa por el desarrollo lento, personajes que parecen arrastrar su existencia por la pantalla, con una fotografía con filtro frío o verde, planos contemplativos, pocas palabras,...., que digo yo que un poco de ritmo no le vendría mal.
Pero bueno, aquí el inicio de la película no presagia el giro que toma todo cuando, muy pronto en mi opinión pues no ha pasado ni un tercio de película, se descubre buena parte del pastel porque resulta que la película no pretendía ir por el camino del thriller. Claro está que los conocedores de la novela en que se basa sí que estarían prevenidos, pero no es mi caso. Pero vale, porque el giro no le hace perder interés.


Lo peor de todo es la naturalidad con que se toma el protagonista la verdadera naturaleza del asesino, como si fuera lo más normal del mundo. Aceptando la premisa, que la verdad es que cuesta, la película sigue avanzando lentamente para finalmente casi no llegar a ningún sitio diluyendo todo entre los miedos internos del protagonista y el deseo de conocer algo más del asesino y de su origen.


Y un Christopher Lloyd, muy muy desaprovechado.

6/10 - Interesante



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Dos Hermanas (2003)
Dir: Kim Jee-woon

Un buen ejercicio de estilo a la hora de rodar, encuadrar y mover la cámara, también de fotografía a base de los típicos clarooscuros para pasillos y corredores que toda película de "terror" debe tener y de utilización del contraste de colores primarios para paredes y vestimentas. Pero, todo esto que está muy bien hecho lo está hecho ¿al servicio de qué?
Pues se supone que de otra historia deconstruída que, contada bajo según qué punto de vista y a base de flashbacks continuados, el espectador debe ir hilando y encajando. Lo que pasa es que a Kim Jee-woon, que también firma el guíon, se le ha ido la mano y ha mezclado demasiado. Y por si fuera poco el follón que monta, pues va y lo adereza con supuestos fantasmas a la japonesa. Que algún susto, por otra parte esperado solo que no sabes el segundo exacto, te da.
Pero oiga, ni siguiera el ritmo lento, muy lento, tan lento que tienes tiempo de pensar para interpretar lo que pasa, ayuda. Más que nada porque cuando algo se desvela, Kim Jee-woon va y lo retuerce aún más. Al final todo cansa tanto que desistes y esperas el final para la supuesta aclaración de todo. Supuesta. La trampa está en el papel del padre, que se supone que es el único que sabe qué está ocurriendo pero que se pasa toda la película con la misma cara de alelao que el espectador corto de entendereras que soy yo.
Es curioso, en la segunda escena de la película, cuando el coche aparca y el padre llama a su hija que está detrás para que salga, viendo quienes finalmente bajan del coche, me acordé de una muy buena película como es "El otro" (1972) de Robert Mulligan. Pues efectivamente, todo mucho más retorcido, "con más habitantes" y además con fantasmas para asustar "porque sí".
Luego termina la película y tienes que buscar alguna mente más pleclara que la haya entendido bien para que te la explique.
4/10 - Regular


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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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