jueves, 23 de marzo de 2017

Patlabor, la policía móvil

Fecha estelar: -305775.7
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Un poco de historia para situarnos.

Patlabor es una franquicia de anime y manga (demografía shōnen)  creada por el grupo Headgear que estaba formado inicialmente por cinco escritores y artistas y que fue creado para que todos ellos pudieran conservar los derechos de autor sobre sus trabajos en la franquicia (más información sobre el grupo y sus componentes aquí). Esta franquicia, que se suele asignar al género de mechas, inició su andadura en el año 1988 con la publicación de un manga que se prolongó hasta 1994 en 22 volúmenes. Desde entonces y hasta el año 2002 la franquicia dio lugar a una serie de televisión, dos series OVA, tres largometrajes, un par de novelas, cortometrajes, multitud de videojuegos y todo tipo de merchandising. 
A partir del año 2002 parece que hay un parón hasta llegar al año 2014 donde de nuevo surge una serie en formato live-action que, a pesar de continuar Mamoru Oshii en la dirección principal, no parece haber alcanzado el éxito original. De hecho la serie, que fue cancelada, se finalizó en forma de un largometraje en el año 2015, The Next Generation Patlabor - Tokyo War en una especie de intento finalizar y no dejar a los seguidores a medias. Particularmente no me he acercado por estos nuevos productos ya que asustan bastante nada mas ver los trailers. Se ve perfectamente que ya no mantienen el espíritu original de la franquicia que vivió sus mejores momentos en la primera serie del año 88 y en las dos primeras películas dirigidas por Mamoru Oshii.
Y es que la deriva de Mamoru Oshii desde su último gran trabajo, Sukai kurora (The Sky Crawlers, 2008), ha ído de mal en peor, aunque esta es otra historia.
En el año 2017 se estrena un corto, Mobile Police Patlabor Reboot que, quizás, parece que quiere anticipar una especie de reinicio de la serie..... veremos.







Trama general (tomada a partir de la sinopsis de la primera película tal como aparece en Filmaffinity)
Esta trama general está centrada en la primera película pues son finalmente las tres películas, su reseña, el objetivo de esta entrada en e blog.

Algunos miembros de la sección 2, entre ellos
Noa Izumi, que conduce uno de los Patlabor.
Élla es el personaje principal en el manga, en
la serie de televisión y en las OVAS.
No así en las películas.
Nos encontramos en un futuro (evidentemente ya superado) Tokio de finales del siglo XX, en el año 1999 y siguientes. En este futuro imaginado Los Patlabor son gigantescos robots policías, pilotados por seres humanos que se encargan de velar por la paz y la seguridad. En un principio fueron fabricados por la poderosa empresa Shinohara para su uso en la construcción pesada, pero cuando empezaron a ser utilizados para actos de sabotaje y terrorismo se creó un cuerpo especial dedicado a la prevención de estos crímenes. 
Los arcos de la historia giran entorno a la Sección 2 de la Policía Metropolitana de Tokio que es la encargada de investigar este tipo de sucesos. 
En la primera película podemos ver que tras unos años de perfecto funcionamiento en todas las unidades, las noticias de labors descontrolados y con problemas de manejo empiezan a alertar a las autoridades de Tokio. La segunda sección de los patlabor es la encargada de investigar estos sucesos, pero sus pesquisas les llevarán a descubrir un complot de proporciones que nunca imaginaron.



¿Por qué son interesantes las películas de Patlabor?

Aparte de su valía artística como cine de animación, que la tienen y mucha, sobre todo las dos primeras películas que fueron dirigidas por Mamoru Oshii, el interés está en el desarrollo complejo de una buena historia de ciencia ficción. Este interés ya decae bastante en la tercera película más que nada por la deriva que toma hacia lo "monstruoso".
Pero, sobre todo, la razón principal, tal como se mencionará después en cada reseña, es que en estas dos primeras películas se puede intuir perfectamente el germen, el preludio de la principal película de Mamoru Oshii, Ghost in the Shell (1995) y, sobre todo, de su desarrollo a través de la serie Stand Alone Complex de Kenji Kamiyama director que también está muy involucrado en el grupo Headgear. De hecho estas tramas son en realidad una especie de cyberpunk preeliminar al que luego ya estará mucho más evolucionado en la sociedad que se presenta en Ghost in the Shell. Todo ello sin menoscabo, evidente, de que la idea original de Ghost in the Shell está en el manga de Masamune Shirow, pero si el espectador se acerca a las películas de Patlabor de esta manera encontrará multitud de similitudes entre las historias y planteamientos de los dos universos.

A continuación recopilo las reseñas que de las tres películas de Patlabor he publicado anteriormente en este blog.


Reseñas

Patlabor: la película (1989)
Dir. Mamoru Oshii

No suelo ser aficionado al anime de mechas, sin embargo, si de Mamoru Oshii se trata, la película debe ser revisitada. Y eso que Oshii tiene muchas idas de olla en sus trabajos.
Es posible ver Patlabor como película única, sin saber nada de la serie animada previa y sin interesarse por la deriva que ha tomado después (la segunda entrega, dirigida también por Oshii, es bastante buena o, al menos así la recuerdo). Quizás entra demasiado a saco y da por hecho que los personajes y sus interacciones dentro del grupo son conocidas. A pesar de ello la película coge muy buen ritmo desde el principio con una historia de ciencia ficción más que interesante en la que los personajes están supeditados al desarrollo de la misma y poco se detiene el director en mostrar algún tipo de desarrollo de protagonistas.
Porque Patlabor es anime de mechas pero en realidad los robots controlados por pilotos aparecen poco. Es una historia de investigación desarrollada en un futuro Tokio de 1999 donde los robots se están comportando de forma impredecible y violenta a raíz de un cambio en el sistema operativo que los controla. Y resulta que el guion es perfecto, el mundo que se muestra es interesante y Mamoru Oshii consigue una de sus películas más entendibles. Desde luego lo es hoy cuando estamos mucho más acostumbrados a la informática y a su lenguaje. Quizás en 1989 resultara más difícil, pero, vista hoy, todo lo que se dice está más que vigente y no chirría casi nada.


Y si a todo esto le añadimos que Mamoru Oshii siempre se preocupa y mucho por el diseño de sus escenarios, artilugios, uniformes y artefactos militares, la película visualmente resulta bastante buena, sobre todo porque se usa poco ordenador (Oshii abusa demasiado del mismo desde que puede usarlo y en Ghost in the Shell 2.0 e Innocence está la muestra) y el dibujo es tradicional con una pátina comiquera que no envejece nada, nada mal. Es curioso ver también aquí un adelanto de lo que se verá en Ghost in the Shell en el dibujo de los barrios derruidos de Tokio por los que pasean los detectives, son unos fondos muy trabajados y con una música de Kenji Kawai muy reconocible. Invitan a parar la película para contemplar el dibujo. Incluso la propia historia parece un germen de la que se verá en GITS, con un villano que se suicida en la primera escena pero cuya presencia no desaparece, es capaz de manejar los acontecimientos como si del Titiritero se tratara.






Patlabor 2: la película (1993)
Dir. Mamoru Oshii

Cuatro años después de Patlabor, Mamoru Oshii rueda una continuación de las andanzas de la segunda sección policial de la policía móvil Patlabor de Tokio. Y tal como ocurriera en la primera parte, es inevitable ver en estas películas el germen del Ghost in the Shell que Oshii dirigió solo dos años después, y de su continuación posterior.
Catalogada en el género de mechas, la película en realidad tiene muy poco de estos robots pilotados por humanos y sí de una compleja trama de investigación político-militar situada en un hipotético Tokio del año 1999 que no difiere del real de por entonces pero con estos robots formando parte de las necesidades de la sociedad, desde el uso militar al de la construcción.
Tal como ocurriera en la primera película, Oshii no se entretiene en presentar personajes. De hecho es una película muy coral que relega el protagonismo de los miembros de la sección centrándolo más en los dos mandos de la misma, dando por sentado que el espectador conoce bien las actividades de la sección 2 y entrando a saco en lo que le interesa, una trama político-militar compleja y adulta que precisa de amplios diálogos que no solo guían en el intrincado plan maestro del autor que maneja los hilos o guían en la situación política del país y del mundo en que se desarrolla, sino que también se introducen en amplias disquisiciones morales y filosóficas acerca de la guerra, la paz, los negocios y el papel que tiene el Japón en los conflictos mundiales después de la derrota de la Segunda Guerra Mundial. Es anime, pero es anime serio y adulto.
Lo dicho, el germen de GITS está en esta película y en su anterior primera entrega. Y no solo respecto del tipo de tramas político-militares-corporativas intrincadas y complejas, sino también en el diseño de escenarios urbanos o en los vehículos militares, las armas y los robots. En este aspecto las películas de Oshii alcanzan un grado de perfección difícilmente superable. Y también la imprescindible y perfectamente reconocible música de Kenji Kawai autor de cabecera asociado a Oshii con quien ha elaborado importantes bandas sonoras.
Por poner un pero: aquella pátina comiquera que tenía la primera parte resultado de un estilo de dibujo y de una animación tradicional (similar, por ejemplo a la que se puede ver en el Akira de Ôtomo) ya no está tan clara en esta película. O al menos no me lo parece.






WXIII: Patlabor the movie 3 (2002)
Dir.: Takuji Endo, Fumihiko Takayama

Supuesta tercera entrega de la saga de películas sobre las andanzas de la Policía Móvil Patlabor. Pero la realidad es que casi parece un anzuelo para los aficionados porque lo cierto es que los miembros de la segunda patrulla de la Segunda División de vehículos especiales de la policía de Tokio aparecen muy poco, su presencia es casi testimonial. Está ambientada en la misma realidad alternativa y el capitán de la segunda patrulla, Goto, que lleva buena parte del protagonismo de la primera y segunda películas, aparece también muy poco.
Mamoru Oshii ya no está al frente del proyecto y su ausencia se nota enormemente. La película no deja de ser interesante en cuanto a que también se trata de una investigación policial, pero la historia deja mucho que desear, hay poca intriga y no está a la altura de las complejas y elaboradas tramas políticas y militares de las dos primeras películas.
Tiene una animación correcta que no sobresale especialmente y en la que la utilización del ordenador ya empieza a ser muy patente. Sin dejar de ser correctos, tampoco los fondos, los escenarios por donde se mueven los personajes, tienen esta pátina que las películas anteriores de Oshii acertaban a la hora de mostrar instalaciones ruinosas en medio de nuevas construcciones o el aparente caos de los pequeños negocios de las calles de la ciudad. Aquí casi todo lo que se ve me parece como "dibujo estandarizado".
Una más que reconocible música de Kenji Kawai y una criatura cuyo diseño y concepción hace de esta película una especie de preludio de lo que se pudo ver cuatro años después en la notable película coreana The Host de Bong Joon-ho.




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La criaturita de The Host (2006)


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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.


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