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miércoles, 28 de junio de 2017

Cine, lo que vamos viendo. Tres reseñas (nº LXVIII)

Fecha estelar: - 305510.1
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Películas reseñadas:

- Umi yori mo mada fukaku (Después de la tormenta, 2016)
- Kong: la isla Calavera (2017)
- Toki o Kakeru Shōjo (La chica que saltaba a través del tiempo, 2006)


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Umi yori mo mada fukaku (Después de la tormenta, 2016)
Dir. Hirokazu Koreeda

Es curioso cómo Hirokazu Koreeda consigue atrapar al espectador y tenerlo expectante solamente por cómo se va a desarrollar una reunión cuasi-casual y obligada de una familia que lleva rota desde hace tiempo. De nuevo una familia desestructurada, la constante de las películas de Koreeda, unos padres divorciados, un hijo, una madre que mira hacia delante, un padre incapaz de avanzar que recurre a malas artes para alimentar su ludopatía, el verdadero legado de su padre, aquél que no se quiere aceptar y una abuela comprensiva, resignada y paciente, único nexo de unión que queda entre todos ellos. Todo esto se va desarrollando poco a poco, serenamente va avanzando, metiendo al espectador en la vida de unos personajes que no son sobresalientes en nada, solo son personas cualesquiera con sus aciertos o sus errores. Koreeda es un maestro en mostrar la realidad de lo cotidiano y en hacerla interesante. Y como la realidad es así, Koreeda no soluciona sus historias recurriendo a sorpresas, estridencias o sentimentalismos. Es la vida misma.

Los actores principales están bien en general. Son actores que repiten con el director pues tanto la veterana Kirin Kiki como Hiroshi Abe ya participaron en la notable y conmovedora Kiseki (Milagro, 2011) y en Aruitemo, Aruitemo (Still Walking, 2008) película con la que ésta tiene ciertos paralelismos. La bellísima Yôko Maki también participó anteriormente en Soshite chichi ni Naru (De tal padre, tal hijo, 2013). Es, desde luego, Kirin Kiki quien sobresale en su papel, tiene un par de escenas espléndidas tanto con su hijo en la cocina mientras los demás duermen como con su ex-nuera un poco después. En cierto modo, un papel muy parecido al que borda en An (Una pastelería en Tokio, 2015), buenísima película de Naomi Kawase.

Después de la tormenta está, sin embargo, un paso atrás de otras películas de Koreeda, sin ir más lejos de su anterior película, Umimachi Diary (Nuestra hermana pequeña, 2015) que consigue llegar, al menos en mi caso, mucho más hondo. En Después de la tormenta Koreeda parece que trabaja a marcha fija, deja también a un lado la crítica social y la historia que plantea no cala tan hondo o, simplemente, no es tan emocional como las anteriores. Lo que pasa es que cualquier película menor de Koreeda es de por sí una película muy estimable. Es el ejercicio de estilo a la hora de elegir y contar las historias lo que hace del cine de Koreeda un digno heredero actual del cine de Yasujiro Ozu. Que no es decir poco.

 "Nunca he amado a alguien más profundamente que el mar
aunque haya llegado hasta esta edad"


7/10 - Buena

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Kong: la isla Calavera (2017)
Dir.: Jordan Vogt-Roberts

1) La película es puro entretenimiento, cine de aventuras, es "serie B con dineros".
2) La “serie B con dineros” permite visualizar las ideas más locas que se puedan ocurrir, lo de Kong con los helicópteros es puro delirio.
3) Si te entretienes en sacarle punta o criticar las explicaciones, como las que se dan sobre la situación de la isla, no disfrutarás para nada lo que aquí se pretende.
4) El guion es lo de menos y se nota, que lo que importa es Kong y que los demás corran delante de él.
5) Los efectos de ILM son impresionantes. La película tiene una buenísima colección de fotogramas-salvapantallas.
6) Personajes estereotipados con poco desarrollo que la mayor parte de las veces toman decisiones chorras porque sí, porque es lo que corresponde a lo que importa: Kong. Lo malo de estos personajes es que tienen destinos predecibles.
7) ¿Hay algo más estereotipado que el remedo del capitán Achab en versión militarista y la fotógrafa de guerra que hace fotos por la paz? Al menos el director no les da demasiado recorrido ni los tiene juntos demasiado tiempo. Lo peor del film.
8) Creo que en la película me ha parecido ver a Tom Hiddleston.
9) Al menos sí que tiene un sentido del humor/mala leche a través de algunas muertes. Desternillante una en concreto, momento “me sacrifico por los demás”.
10) La imaginación con las criaturas de la isla no es especialmente afortunada y esperaba más variedad. Lo que no es perdonable es sustituir los tiranosaurios por las criaturas que se ven en pantalla.
11) El personaje de John C. Reilly tiene su gracia y su aparición, la del personaje, estaba más que anunciada. Su control sobre las tribus habitantes de la isla no sé si es para reír o para llorar. A través de él y de las tribus se incluye un momento niños de Mad Max III que se une al batiburrillo de cosas de otras películas que han conformado ésta, King Kong, Parque Jurásico, Apocalypse Now, …
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12) Una película interesante, es cine de aventuras/fantasía que no tiene más pretensión que hacerte pasar un buen rato. Si tu acercamiento al mismo no tiene más objetivo que ése, si te dejas el cerebro aparcado un rato, puedes pasar un par de horas entretenidas con un producto muy bien hecho.


6/10 - Interesante

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Toki o Kakeru Shōjo (La chica que saltaba a través del tiempo, 2006)
Dir.: Mamoru Hosoda

Se puede decir que en el año 2006 Mamoru Hosoda dio un giro importante a su carrera ya que dejó de realizar películas asociadas a franquicias (Digimon, One Piece) y se encaminó hacia una senda de historias originales que, hasta ahora, ha dado como fruto cuatro largometrajes que tienen como nexo común el introducir un elemento fantástico en sus historias, el de los mundos paralelos. Ha ido evolucionando Hosoda en estos cuatro largometrajes, siempre creciendo, hasta culminar en la muy notable Bakemono no Ko (El niño y la Bestia, 2015), película que confirma que es uno de los más importantes directores-animadores japoneses actuales, de esos que solo esperas con impaciencia su nuevo trabajo.

Y el inicio de esta etapa está en La chica que saltaba a través del tiempo, una película muy estimable y dinámica que utiliza el asunto de los saltos hacia atrás en el tiempo que puede realizar la protagonista, Makoto, para contar una historia de adolescentes que están a punto cambiar de grado en el instituto. No se descubre nada nuevo por esta parte porque cumple con todas las constantes que conforman el anime del género “vida escolar”, pero la introducción de los viajes temporales, la alteración de la realidad para conformar otra paralela, le da a la película bastante interés gracias, también, a que la historia está muy bien contada y es muy dinámica, con su gran parte de humor, su intermedio intrigante y su desenlace típico del género. Y mejor dibujada en cuanto a fondos se trata. El dibujo de los personajes, sin embargo, adolece de un trazo excesivamente simple y la gestualidad se pone de manifiesto a través de los típicos trazos extremos tan habituales en el anime. La evolución de las películas de Hosoda también ha ido a mejor en este sentido, el de la animación de personajes.

El mejor plano: cuando Makoto empuja a Chiaki para que se vaya, como si lo estuviera sacando de la pantalla. Genial.

Y luego, además, nos deja el señor Hosoda, con la incógnita sobre la verdadera identidad de la tía de Makoto. Pues nada, a especular!!!

Otra cosa son los parelismos entre esta película y Kimi no na wa (Your name, 2016) de Makoto Shinkai. Que los tiene.

6/10 - Interesante

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Una entrada sobre el cine de Hosoda: Mamoru Hosoda y los mundos paralelos aquí: http://laseccionnueve.blogspot.com.es/…/…/mamoru-hosoda.html






Nº de películas reseñadas en el blog: 285
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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





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domingo, 17 de abril de 2016

Mamoru Hosoda y los mundos paralelos

Fecha estelar: -306705.5
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Entrada sin spoilers.

Dentro del panorama del anime japonés actual, en el ámbito del largometraje y con las limitaciones de acceso al mismo desde el occidente, Mamoru Hosoda se ha revelado ya como uno de los directores más interesantes, con una gran capacidad para contarnos la cotidianeidad de la vida, los sentimientos y las dudas pero, a la vez, enmarcando sus historias en un ir y venir entre un mundo real y un mundo fantástico paralelo.

Ciertamente, los cuatro últimos trabajos de Hosoda tienen este aspecto en común: el contar una historia muy humana en un mundo a caballo entre la realidad y la fantasía. Es por esto que muchas de las opiniones sobre sus películas van ligadas a la comparación con las películas de Hayao Miyazaki, aunque lo cierto es que, la comparación, no es única en el caso de Hosoda. También se ha hecho fundamentadamente con Makoto Shinkai (Viaje a Agartha -2011-) o con Hiroyuki Okiura (Una carta para Momo -2011).

Si obviamos los primeros trabajos de Hosoda, en las franquicias Digimon y One Piece, se puede decir que todo empezó en el año 2005 cuando pasa a ser director de staff del estudio Madhouse. A partir de aquí el Sr. Hosoda no ha hecho sino crecer cada vez más a lo largo de las cuatro películas que ha dirigido desde entonces. La primera, año 2006, Toki wo Kakeru Shôjo (La chica que saltaba a través del tiempo). Aquí, la habilidad de la joven Makoto para cambiar el presente, cuando descubre que puede viajar en el tiempo, es la excusa para contar una historia de transición entre la adolescencia y la madurez y sobre la importancia de sopesar las decisiones que se deben tomar. Desde luego las películas con saltos temporales casi siempre son interesantes porque mantienen al espectador que conoce las reglas especialmente atento, es lo que hace esta película tan dinámica, pero Hosoda mantiene a sus personajes con los pies en tierra, el don que tiene Makoto no lo utiliza para nada que no sea realista desde el punto de vista de lo que sería esta historia sin el elemento fantástico.

Tres años después Hosoda estrena Samâ Wôzu (Summer Wars). Con el inicio por entonces, año 2009, del auge de los mundos virtuales informáticos y las redes sociales, en Summer Wars el elemento fantástico viene de una suerte de red social, el Mundo de Oz, donde surge un poder que intenta superar sus propios límites. Pero de nuevo, ésta es la excusa. Eso sí, con una animación estupenda de dicho mundo. El trasfondo real, el que verdaderamente importa de la historia, está muy ligado a la importancia de la familia, al respeto a las decisiones y consejos de los mayores, sustentadas aquí por la abuela de la familia Shinohara, y a la necesaria supervivencia de las tradiciones importantes en el cuasi mundo virtual actual.




Ahora bien, si de algo adolecen estas dos películas, algo que poco a poco en las siguientes se va diluyendo cada vez más, aunque siga presente, es la excesiva monería amorosa adolescente. En Ôkami Kodomo no Ame to Yuki (Los niños lobo, 2012) la cursilería dura poco, es al principio y es la parte menos interesante. Quizás sea necesaria pues el elemento fantástico, la convivencia entre hombres lobo y humanos, debe ser presentado, las reglas deben ser planteadas para entrar en la parte real, en la emocionante historia de una madre que lucha y se antepone a todas las dificultades para poder criar y proteger a sus hijos. Y también a la aceptación de la diferencia, a la aceptación de la realidad de uno mismo y el respeto a dicha realidad. Una historia bellísimamente contada y una película muy, muy recomendable.





Y así llegamos a Bakemono no Ko (El niño y la Bestia, 2015), y Mamoru Hosoda se sigue superando. El director sigue con la constante de sus historias, la necesidad y la importancia de una familia por rara que esta pueda parecer. El mundo fantástico surge en un callejón de Shibuya, entrada a un mundo paralelo imaginado como no muy diferente de un mundo medieval-rural sin tanta tecnología. Un lugar donde habitan las bestias y del que encuentro reminiscencias en el Pompoko (1994) de Takahata. Aquí tenemos a Kyuta, un niño solitario y huérfano que entra en este mundo donde conoce a Kumatetsu, una bestia sobrenatural excesivamente ruda para su propio mundo y, por tanto, incomprendida, solitaria en cierto modo. A partir de aquí Hosoda desarrolla la historia de la formación de una nueva familia. Una historia que en su primera hora es, simplemente, portentosa, de lo mejor que ha hecho el director hasta ahora. Y eso que la historia en sí, la de formación mutua alumno-maestro, ha sido vista infinidad de veces, pero lo que está bien contado, con el nivel justo de comedia, es infalible a la hora de captar la atención. Ciertamente, esta relación Kyuta-Kumatetsu sigue las pautas esperables, mil veces vistas, desde la incomprensión inicial a el establecimiento del vínculo y la necesidad mutua, el disgusto y la reconciliación. En algún punto de esta línea principal de la historia, cuando se produce una re-incursión de Kyuta en el mundo real y aparece de nuevo la posibilidad del romance, la película decae un poco. Pero pronto retoma un vigor espectacular para su tramo final, principalmente en su apartado visual.

En definitiva, las constantes en el cine de Hosoda siguen exponiéndose en El niño y la Bestia. El mundo sobrenatural es solo el escenario para contar, en este caso, la superación de la orfandad, de nuevo la familia y la responsabilidad para con la sociedad, y también la aceptación de la diferencia por uno mismo y por parte de todos.

Mención aparte merece la animación y el cuidado técnico de todas estas películas. Todos los fondos tienen un nivel de detalle más que sobresaliente, ya sean paisajes urbanos, interiores o paisajes rurales. Especialmente, en El niño y la Bestia el barrio de Shibuya está dibujado con un realismo apabullante, comparable al que reflejó Makoto Shinkai en Kotonoha no Niwa  (El jardín de las palabras, 2013). El órdago visual que es el final de esta película, la concepción artística y su paso a la animación es simplemente asombroso, admirable. Pero también hay un gran esfuerzo en la animación del movimiento de los personajes que está muy conseguido, y en el dibujo de rostros y en la expresividad de los mismos. Particularmente, en este aspecto, me es imposible no recordar el rostro irritado de Toshiro Mifune cuando veo el de la bestia Kumatetsu.


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Trailer. 



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Recuerda, amigo lector, que esta entrada está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.



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