miércoles, 27 de abril de 2016

Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 24)

Fecha estelar: -306678.1
_____________________________

Películas reseñadas:
- Adiós pequeña, adiós (2007)
- Anomalisa (2015)
- La cumbre escarlata (2015)
- El niño y la bestia (2015)


________________________________________________________________________________
Adiós pequeña, adiós
Dir. Ben Affleck.

Buen debut de Ben Affleck en la dirección, sorprendente se podría decir aunque posteriormente ha demostrado en sus siguientes películas que es un buen director de cine.
El primer pilar importante para esta buena película es la historia, adaptación de una novela de Dennis Lehane que pasa por ser uno de los más interesantes autores actuales de novelas de intriga y policiacas (Mystic River, Shutter Island, Cualquier otro día, La entrega,…). Pero es una adaptación y el guion resultante, del que el propio Affleck participa, tiene algún pero. Concretamente dos peros, correspondientes a dos sorprendentes revelaciones que hacen dos personajes concretos cuando cuentan algún hecho de su propio pasado y que son totalmente innecesarias. Supongo que están planteadas estas vivencias para que todo quede mejor justificado, pero no hace falta, que el espectador no es tonto, con una sutileza por aquí o por allá hubiera bastado. El caso es que revelan demasiado y, como se suele decir, los malos se delatan solos muy pronto. Aparte de esto, es una película valiente con los dilemas morales y religiosos que plantea y, sobre todo, la forma de resolverlos y las verdaderas consecuencias de los mismos.
La película está muy bien rodada, nada de estridencias ni movimientos bruscos de cámara, el resultado es que todo resulta muy verosímil. Buen cine.

7/10 - Buena



______________________________________________________________________________
Anomalisa (2015). 
Dir. Charlie Kaufman, Duke Johnson.

Pues ciertamente, como se dice en la película, de vez en cuando surge una Anomalisa, que es lo que me pasa a mí respecto de la opinión casi unánime sobre que esta película es sobresaliente.
Es una especie de revisitación a Lost in Traslation (2003) de Sofia Coppola pero con personajes fabricados con una impresora 3D. Y si Lost in Traslation me pareció un truño mayúsculo, ... a buen entendedor.
Y que conste que entiendo perfectamente lo que quiere contar, pero tengo muchos problemas con la animación de estos personajes, incapaces de mostrar lo que se pretende. Por otra parte, el resultado final de la noche de hotel es más que previsible fruto de que es pretenciosa, no quiere salir del tono pesimista. Y eso por no sospechar cierto fetichismo de los directores, aunque más bien será que soy malpensado.

4/10 - Regular



 





________________________________________________________________________________
La cumbre escarlata (2015).
Dir. Guillermo del Toro

Una película sosa, muy sosa. Solo se salva Jessica Chastain y con reparos.
Guillermo del Toro monta un refrito supuestamente gótico, con casa encantada y en ocasiones veo muertos (no estoy spoileando, que es la primera frase de la película). Incluso se revisita a sí mismo, a El espinazo del diablo en cierto modo y a El laberinto del fauno en el aspecto más visual y artístico. Es lo único destacable de la película, pero es algo ya visto en otras películas del director.
Ahora bien: aquí el terror brilla por su ausencia, fruto del poco nervio y originalidad de la dirección, con unas escenas demasiado vistas ya, muy rutinarias. Y también fruto de un guion desastroso, previsible y, por ende, mal planteado. Aburrido, todo muy aburrido. Y es peor si te pones a analizar algunos hechos, deux ex machina y resoluciones absurdas. Mejor, aparcar el cerebro para ver la película.
Ni siquiera me hace gracia la referencia que hace en un momento concreto el director a El final de la escalera, un peliculón que está a años luz.

3/10 - Floja






________________________________________________________________________________
El niño y la bestia (2015)
Dir. Mamoru Hosoda

Esta película aparece reseñada como parte de la entrada Mamoru Hosoda y los mundos paralelos.

8/10 - Notable




















------------------




Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





 -

lunes, 18 de abril de 2016

Cine, lo que vamos viendo. Cuatro reseñas (publicación nº 23)

Fecha estelar:-306702.7
_____________________________

Películas reseñadas:

- Mr. Holmes (2015)
- Ajeossi (El hombre sin pasado, 2010)
- El puente de los espías (2015)
- Ryuzo and his Seven Henchmen (2015)


________________________________________________________________________________
Mr. Holmes (2015)
Dir. Bill Condon

Película que solo es llevadera por la interpetación de Ian McKellen. El intento de humanizar el mito se queda muy corto, aburrido en su conjunto, perezoso para los cambios.
El problema está, claro es, en el nulo interés de una de sus tres tramas, la parte japonesa, que no hace sino ralentizar aún más la película. Pero, también, la poca enjundia del último caso que un Holmes nonagenario intenta recordar, que es el pretexto de su decisión y de la situación actual que cuenta el film. No me encaja esta situación final, esta decisión, en la mente analítica y aséptica del mito. Para redimirnos del sentimiento de culpa ya estamos los humanos. Esto no quiere decir que Holmes no sea humano, pero las motivaciones que llevan al personaje a su situación actual no es que no sean importantes sino que no calan en el espectador, ya sea porque no están lo suficientemente bien desarrolladas, ya sea por cómo están contadas, ya sea, además, por lo poco que deberían influenciar en la personalidad del detective. En la personalidad del detective que yo tengo en mi cabeza, claro.
Billy Wilder también humanizó al mito en La vida privada de Sherlock Holmes, y acertó mucho más. Este caso es, sin embargo, el de una película que promete mucho más de lo que realmente ofrece.
5/10 - Pasable



______________________________________________________________________________
Ajeossi (El hombre sin pasado, 2010).
Dir. Lee Jeong-beom

La historia que se cuenta en Ajeossi (El hombre sin pasado) ha sido contada un montón de veces en numerosas películas. A grandes rasgos: tenemos a nuestro héroe, que no es lo que parece, apartado del mundanal ruido, llevando una vida más o menos anónima y triste debido a un penoso hecho de su propio pasado. Pero hete aquí que aparece el desvalido, en este caso una niña, dentro de su universo cerrado, y aparece un “tocacojonessinescrúpulos” que va a provocar que finalmente aflore la vengadora bestia dormida.
Por poner un inicio: desde Alan Ladd en Raíces profundas hasta cualquier subproducto de Steven Seagal (con perdón de poner estos dos nombres en una misma frase), hemos visto más o menos esta historia en películas de Clint Eastwood, Charles Bronson o Silvester Stallone (sigo pidiendo perdón por la mezcla). Es una historia que tiene sus propios códigos y sus etapas bien definidas, y Ajeossi cumple con todos ellos.
Claro está, entre todas estas películas tenemos desde la obra maestra que es Raíces profundas hasta infumables subproductos que no mencionaré aquí. En el caso de Ajeossi el resultado es bastante notable. Hace ya bastantes años que el thriller y el cine de acción coreano está muy por delante del americano y este caso, aunque sea con una historia mil veces vista, es un claro ejemplo. Porque lo importante aquí no es la historia, sino la forma de rodar y de contarla.
Lee Jeong-beom, que ya dio muestras de su buen hacer con Cruel Winter Blues (2006), inicia la historia con una estética que parece tomada de un manga al uso, desde el look del protagonista a la forma pausada con que nos adentra en la presentación de unos personajes que en muchos casos son arquetípicos (incluyendo el “histrionismo asiático”). Pero, una vez planteada la situación, viene la hora de las tortas. Entonces la película coge buen ritmo y ya no para hasta su excelente final.
La película sobresale por tres motivos: lo bien rodada que está la acción, la cámara se mueve lo justo, encuadra de maravilla y las luchas (artes marciales y a cuchillo) son muy creíbles; Lee Jeong-beom juega con la elipsis en la narración, lo hace varias veces y lo hace tan bien que se permite utilizar el recurso para una parte de la resolución de la historia. En definitiva, no toma al espectador por un tonto al que debe explicar todo. Finalmente, el tercer motivo: pese a lo arquetípico de todo, Lee Jeong-beom trata con mucha crudeza, sin concesión alguna, la parte real de la historia, el tráfico de órganos y la falta de humanidad de las “personas” que forman parte del negocio. No hace falta ser truculento, Lee Jeong-beom no lo es, para mostrar la atrocidad. Quizás algo tramposillo al utilizar concretamente a Kim Sae-ron, una niña que aquí tenía 10 años. Es imposible que no te tenga inquieto por cualquier cosa que le pueda pasar.
7/10 - Buena



________________________________________________________________________________
El puente de los espías (2015).
Dir. Steven Spielberg.

Para empezar lo bueno: el Oscar de Mark Rylance es más que merecido. Para lo poco que aparece en la película, son precisamente los momentos en los que está este señor cuando la película crece, y mucho. Tom Hanks no está mal, pero Tom Hanks es siempre el mismo, sus registros ya son conocidos.
También es muy destacable la calidad de la producción y la dirección impecable de Spielberg que casi podríamos decir que es de los pocos que quedan que ruedan de una "manera clásica", considerando ya que el cine de los ochenta es clásico.
El primer tercio de película, la trama judicial, es impecable, lo mejor. El arranque de la película, espectacular. Splielberg sabe contar con imágenes, filmar, dirigir y montar las escenas de manera que sin una palabra conoces desde la historia principal a cualquier detalle que la complementa. Viendo esta primera parte, la película parece apuntar muy alto, pero cuando la acción se muda a Berlín el bajón es considerable.
Y no es el motivo una pérdida del nervio en la dirección, que siempre es el mismo, sino que aparece la tendenciosidad, el maniqueísmo americano, la propaganda innecesaria en estos tiempos y la visión, me parece, excesivamente torticera, un cliché, de los bandos enfrentados en la guerra fría. Es poco sutil Spielberg en algún caso (véase la diferencia de trato al prisionero en USA, que parece que vive en un hotel en comparación con la del prisionero en la URSS), aunque la mayor parte de las veces es bastante sutil en su tendenciosidad. A mí esto me saca de la película, solo mantengo el interés en conocer el final de la historia, que por otra parte, es conocido si está basado en hechos reales. Pero también es interesante recordar Cortina rasgada (1966) de Alfred Hitchcock mientras visionas esta parte de la película.

6/10 - Interesante



________________________________________________________________________________
Ryuzo and his Seven Henchmen (2015)
Dir. Takeshi Kitano

No son muchas las incursiones de Kitano en la comedia, más aún en la comedia algo desmadrada. Y lo cierto es que esta Ryuzo y sus siete secuaces es capaz de sacarte unas cuantas carcajadas, lo cual no es decir poco para una comedia.
Desde luego que no está a la altura de El verano de Kikujiro, ni creo que lo pretenda. Lo que mejor sabe hacer Kitano, el cine de Yakuzas mezclado con su humor más característico dan como resultado una buena película para pasar un buen rato.
En cualquier caso, es un Kitano muy menor. Parecía que su vuelta al cine serio y violento con sus dos últimas películas (Outrage 1 y 2, -2010-12-) le llevaban de nuevo al buen camino, pero lo cierto es que desde Zatoichi (2003), Kitano no es, me parece, ni una sombra de lo que era.










------------------




Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.





 -

domingo, 17 de abril de 2016

Mamoru Hosoda y los mundos paralelos

Fecha estelar: -306705.5
_____________________________

Entrada sin spoilers.

Dentro del panorama del anime japonés actual, en el ámbito del largometraje y con las limitaciones de acceso al mismo desde el occidente, Mamoru Hosoda se ha revelado ya como uno de los directores más interesantes, con una gran capacidad para contarnos la cotidianeidad de la vida, los sentimientos y las dudas pero, a la vez, enmarcando sus historias en un ir y venir entre un mundo real y un mundo fantástico paralelo.

Ciertamente, los cuatro últimos trabajos de Hosoda tienen este aspecto en común: el contar una historia muy humana en un mundo a caballo entre la realidad y la fantasía. Es por esto que muchas de las opiniones sobre sus películas van ligadas a la comparación con las películas de Hayao Miyazaki, aunque lo cierto es que, la comparación, no es única en el caso de Hosoda. También se ha hecho fundamentadamente con Makoto Shinkai (Viaje a Agartha -2011-) o con Hiroyuki Okiura (Una carta para Momo -2011).

Si obviamos los primeros trabajos de Hosoda, en las franquicias Digimon y One Piece, se puede decir que todo empezó en el año 2005 cuando pasa a ser director de staff del estudio Madhouse. A partir de aquí el Sr. Hosoda no ha hecho sino crecer cada vez más a lo largo de las cuatro películas que ha dirigido desde entonces. La primera, año 2006, Toki wo Kakeru Shôjo (La chica que saltaba a través del tiempo). Aquí, la habilidad de la joven Makoto para cambiar el presente, cuando descubre que puede viajar en el tiempo, es la excusa para contar una historia de transición entre la adolescencia y la madurez y sobre la importancia de sopesar las decisiones que se deben tomar. Desde luego las películas con saltos temporales casi siempre son interesantes porque mantienen al espectador que conoce las reglas especialmente atento, es lo que hace esta película tan dinámica, pero Hosoda mantiene a sus personajes con los pies en tierra, el don que tiene Makoto no lo utiliza para nada que no sea realista desde el punto de vista de lo que sería esta historia sin el elemento fantástico.

Tres años después Hosoda estrena Samâ Wôzu (Summer Wars). Con el inicio por entonces, año 2009, del auge de los mundos virtuales informáticos y las redes sociales, en Summer Wars el elemento fantástico viene de una suerte de red social, el Mundo de Oz, donde surge un poder que intenta superar sus propios límites. Pero de nuevo, ésta es la excusa. Eso sí, con una animación estupenda de dicho mundo. El trasfondo real, el que verdaderamente importa de la historia, está muy ligado a la importancia de la familia, al respeto a las decisiones y consejos de los mayores, sustentadas aquí por la abuela de la familia Shinohara, y a la necesaria supervivencia de las tradiciones importantes en el cuasi mundo virtual actual.




Ahora bien, si de algo adolecen estas dos películas, algo que poco a poco en las siguientes se va diluyendo cada vez más, aunque siga presente, es la excesiva monería amorosa adolescente. En Ôkami Kodomo no Ame to Yuki (Los niños lobo, 2012) la cursilería dura poco, es al principio y es la parte menos interesante. Quizás sea necesaria pues el elemento fantástico, la convivencia entre hombres lobo y humanos, debe ser presentado, las reglas deben ser planteadas para entrar en la parte real, en la emocionante historia de una madre que lucha y se antepone a todas las dificultades para poder criar y proteger a sus hijos. Y también a la aceptación de la diferencia, a la aceptación de la realidad de uno mismo y el respeto a dicha realidad. Una historia bellísimamente contada y una película muy, muy recomendable.





Y así llegamos a Bakemono no Ko (El niño y la Bestia, 2015), y Mamoru Hosoda se sigue superando. El director sigue con la constante de sus historias, la necesidad y la importancia de una familia por rara que esta pueda parecer. El mundo fantástico surge en un callejón de Shibuya, entrada a un mundo paralelo imaginado como no muy diferente de un mundo medieval-rural sin tanta tecnología. Un lugar donde habitan las bestias y del que encuentro reminiscencias en el Pompoko (1994) de Takahata. Aquí tenemos a Kyuta, un niño solitario y huérfano que entra en este mundo donde conoce a Kumatetsu, una bestia sobrenatural excesivamente ruda para su propio mundo y, por tanto, incomprendida, solitaria en cierto modo. A partir de aquí Hosoda desarrolla la historia de la formación de una nueva familia. Una historia que en su primera hora es, simplemente, portentosa, de lo mejor que ha hecho el director hasta ahora. Y eso que la historia en sí, la de formación mutua alumno-maestro, ha sido vista infinidad de veces, pero lo que está bien contado, con el nivel justo de comedia, es infalible a la hora de captar la atención. Ciertamente, esta relación Kyuta-Kumatetsu sigue las pautas esperables, mil veces vistas, desde la incomprensión inicial a el establecimiento del vínculo y la necesidad mutua, el disgusto y la reconciliación. En algún punto de esta línea principal de la historia, cuando se produce una re-incursión de Kyuta en el mundo real y aparece de nuevo la posibilidad del romance, la película decae un poco. Pero pronto retoma un vigor espectacular para su tramo final, principalmente en su apartado visual.

En definitiva, las constantes en el cine de Hosoda siguen exponiéndose en El niño y la Bestia. El mundo sobrenatural es solo el escenario para contar, en este caso, la superación de la orfandad, de nuevo la familia y la responsabilidad para con la sociedad, y también la aceptación de la diferencia por uno mismo y por parte de todos.

Mención aparte merece la animación y el cuidado técnico de todas estas películas. Todos los fondos tienen un nivel de detalle más que sobresaliente, ya sean paisajes urbanos, interiores o paisajes rurales. Especialmente, en El niño y la Bestia el barrio de Shibuya está dibujado con un realismo apabullante, comparable al que reflejó Makoto Shinkai en Kotonoha no Niwa  (El jardín de las palabras, 2013). El órdago visual que es el final de esta película, la concepción artística y su paso a la animación es simplemente asombroso, admirable. Pero también hay un gran esfuerzo en la animación del movimiento de los personajes que está muy conseguido, y en el dibujo de rostros y en la expresividad de los mismos. Particularmente, en este aspecto, me es imposible no recordar el rostro irritado de Toshiro Mifune cuando veo el de la bestia Kumatetsu.


.

Trailer. 



____________________________
Recuerda, amigo lector, que esta entrada está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.



.