lunes, 6 de mayo de 2019

Cine, lo que vamos viendo. Tres reseñas (CXLII)

Fecha estelar: -303656.3
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Películas:

- Sanjuro (1962)
- El hombre que mató a Don Quijote (2018)
- El apóstol (2018)


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Sanjuro (1962)
Dir. Akira Kurosawa

Cuando un grupo de 9 samuráis se deciden a actuar contra la corrupción reinante, aparece de entre las sombras Sanjuro (Toshirô Mifune) para ayudarles y guiarles en su cometido. Nadie le conoce en ese momento, pero sabe imponer sus consejos y opiniones. Solo cuando se cruza con la mujer de la casa, esposa del intendente, parece flaquear un poco (de lo mejor del film, ver a Mifune contenerse).

No hay película de Kurosawa que sea mala, ni una. Sanjuro está, sin embargo, un poco por debajo de las grandes obras del director, y a pesar de ello es una película que ya quisiera poder verse en el cine de hoy día. La capacidad de Kurosawa de mantener tantos personajes en pantalla sin que se estorben unos a otros, cada uno con un cometido en las escenas es, simplemente, excepcional.

Se opta aquí por un tono extraño, que alterna la comedia en algunas escenas con el más puro cine de samuráis. La historia no está mal aunque no resulta lo más importante, y es una pena no poder saber nada sobre quién es Sanjuro, de dónde viene y hacia dónde va. Forma parte de la naturaleza de la historia que se cuenta, es un samurái libre, pero creo es que una pena. Eso sí, nunca he visto a nadie pegar "katanazos" con el brío con que lo hace Mifune.

Lo dicho, cualquier película menor de Kurosawa (y esta lo es, en mi opinión) está a años luz del cine que hoy se hace. Buena y entretenida.

7/10 - Buena




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El hombre que mató a Don Quijote (2018)
Dir.: Terry Gilliam

Para cualquier aspecto de la vida todos tenemos algún hecho clave a partir del cual hay un cambio de rumbo. En el caso de Terry Gilliam, respecto de su capacidad para hacer películas interesantes y comprensibles, la fecha clave está en 1995 cuando dirigió su última y mejor película, “Doce monos”. No es que antes el cine de Gilliam fuera más comprensible, que siempre ha sido bastante peculiar y es un sello de autoría, pero quizás la presencia por aquellos años de sus compañeros de los Monty Python, aunque fuera pululando cerca o para tomar unas cervezas, conseguían sujetar un poco al loco que habita el interior de Gilliam.

El caso es que después de “Doce monos”, siempre en mi opinión, las seis películas posteriores han sido bastante complicadas de seguir sin perder la atención en el excesivo caos visual y narrativo en el que suele caer el director. No han dejado de ser interesantes, al menos dos, “El secreto de los hermanos Green” y esta “El hombre que mató a Don Quijote”, las demás son bastante peores, pero no malas películas. Peculiares.

“El hombre que mató a Don Quijote” juega a varios niveles, en el pasado y en el presente, en la realidad y en el mundo de Don Quijote. No es difícil saber dónde te encuentras en cada momento lo cual es una ventaja, y ello a pesar de que a veces cuesta llegar a centrar la situación. El problema es que, como siempre ocurre con Gilliam, tantos niveles conllevan un caos narrativo que por momentos se hace cuesta arriba y por momentos es brillante. El gran apoyo de todo está en buen el grupo de actores, sobre todo Jonathan Pryce como Don Quijote y un Adam Driver que se está mostrando como excelente actor, aparte de dominar el lado oscuro y dar mandobles con el sable láser.

Lo que no puede faltar en cualquier película de Gilliam es la aglomeración, ya sea de personas, personas disfrazadas y de escenarios recargados de parafernalia. Aquí también, sobre todo al final, donde las escenas se desarrollan en el caos visual característico de este director. Lo peor que se puede decir de esta película es toda la parte del final con el magnate ruso, personaje que sobra por completo para lo que se está contando. No cuela, aparte de que no sé si será por casualidad pero un par de veces o tres he visto a Jordi Mollá en producciones internacionales y resulta que siempre le toca hacer el mismo papel de gilipollas.

Una película con muchos altibajos, interesante.

6/10 - Interesante




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El apóstol (2018)
Dir.: Gareth Evans

Después de un periplo indonesio el director Gareth Evans se vuelve al Reino Unido para rodar El apóstol. El cambio de registro es importante, pasamos de filmes indonesios de acción pura y artes marciales a una mezcla de cine de sectas/terror. A pesar del cambio, en mi opinión, el nivel se mantiene, es decir, la película de Gareth Evans resulta solo pasable.

Aquí la premisa de partida es muy buena y la primera parte de la película resulta más que interesante. Después el asunto deriva por caminos algo fantásticos, previsibles en cierto modo. No se puede negar que la película está bien rodada, lo que ocurre es que el guion se torna excesivamente confuso para lo que en realidad se está contando. Es el problema, no acertar a la hora de contar lo que se quiere contar.

Al menos tiene sangre, que en buena parte importa, ver enfrentamientos en los que la gente sangra. Y no es gore, lo que ocurre es que estamos ya muy mal acostumbrados al cine límpio y blanco apto para todo los públicos.

Una película intrigante que poco a poco se va apagando. No consigue captar siquiera un poco de emoción o interés por el devenir de las personas que aparecen en pantalla.

5/10 - Pasable






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Nº de películas reseñadas en el blog: 507
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Recuerda, amigo lector, que estas reseñas están basadas única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.  -



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