viernes, 9 de octubre de 2015

El marciano (novela)

Fecha estelar:-307227.8
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Aviso a navegantes:
Si bien es cierto que en esta crítica a la novela El marciano, de Andy Weir, no se desvela nada que no sea relevante, excepto en un momento al final en el que se avisa del spoiler, creo que sería conveniente, amigo lector, que si aún no has leido la novela o estás en ello, no sigas leyendo. No obstante, no se desvela nada que el trailer de la película no muestre.

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Cine aventurero, ciencia ficción dura, Ridley Scott, cine con efectos especiales, otra vez a salvar a Matt Damon, ..., mainstream con todas las letras. 
La verdad es que, como a lo largo del año y hasta ahora, los estrenos cinematográficos enfocados al gran público han sido una decepción tras otra, la espera para ver esta película se está haciendo excesivamente larga. Por este motivo, para ir abriendo boca, nada mejor que leer la novela El marciano de Andy Weir que es el principio de todo este movimiento humano centrado en contar esta historia.

Si tuviera que definir la novela de Andy Weir con una sola palabra me decantaría por decepcionante
Se trata del debut como novelista del autor y ciertamente se nota. Mi acercamiento a esta novela, aparte de la anticipación a una película muy publicitada, es la pasión por las historias de ciencia ficción dura. En este sentido al planteamiento, desarrollo y fin de la historia no hay nada que reprochar. El primer tercio de la novela engancha rápidamente a la ávida lectura por el interés en conocer cómo el astronauta Mark Watney va a sobrevivir los primeros días de su abandono en Marte.
Weir muestra aquí la principal, prácticamente la única, baza que juega en la novela: Mark Watney es un astronauta-botánico-químico-ingeniero, una suerte de manitas de la ciencia suelto en Marte que, a modo de MacGyver, se las tiene que ingeniar para sobrevivir en un ambiente tremendamente hostil para la vida en general y la humana en particular. Weir es profuso en explicaciones de todos los procedimientos que su particular Robison Crusoe debe realizar. Al principio todo esto es muy instructivo y atrayente, pero toda la novela así se hace muy cansina. Particularmente, en el último tercio de la novela terminé casi leyendo a saltos los párrafos,  pues ya puestos sólo interesaba saber el final de la historia, que no es que no fuera el esperado. Ciertamente, la novela puede resultar el paraíso para cualquier ingeniero.

Fobos visto por el Curiosity desde la superficie de Marte
Una foto importante para imaginar lo que ve el astronauta
 Mark Watney, ya que el autor no describe nada de esto.
El otro lado, la parte no marciana de la novela son las acciones de la gente de la NASA y de los astronautas para tratar de salvar al astronáufrago. Y es lo mismo, todas las acciones muy bien fundamentadas, pero entre unos personajes cuyas interacciones, sus conversaciones, se limitan a las cuestiones técnicas y nada más. Hay momentos en que parece que estás leyendo la conversación de dos máquinas entre sí. Porque ésta es, en mi opinión, la primera gran carencia de la novela. Los personajes ni se describen ni parece que importe, no sabemos nada de ellos y su evolución a lo largo de la historia es ninguna. Incluso el protagonista principal parece exactamente el mismo desde el primer Sol hasta el último, no hace reflexión alguna sobre el lugar en el que está, sobre la vida o la muerte, la soledad o la fatalidad, etc, etc. Andy Weir es programador informático y parece que se nota, se detiene poco en lo abstracto y va al grano.

La otra carencia, para mi, está muy clara: Marte. Realmente de Marte prácticamente no se cuenta nada. Si cada vez que aparece la palabra "Marte" en la novela se cambia por, por ejemplo, "Antártida", o, "desierto", la novela es la misma. Poco se describe el paisaje, nada en realidad, ni cómo es la noche ni el día, el cielo, el atardecer o el amanecer. ¿Reconocía Mark Watney el brillo de la Tierra en las noches estrelladas? No lo sabemos. Parece que Marte es un sitio frío porque se dice, pero no da ni una temperatura (precisamente una novela tan científica). La gravedad en Marte es un 60% inferior a la de la Tierra, pero esto prácticamente ni se menciona cuando debe ser un aspecto más que relevante, simplemente por el hecho de que los paseos por la superficie ya no son como por aquí, pero de esto no sabemos nada. En definitiva, respecto a Marte, la novela es muy decepcionante.

Paisaje marciano, en el horizonte se ven dos montículos llamados Twin Peaks.
Por este paraje marciano se paseará Mark Watney, lo cual es de por sí una pista
para el lector avispado sobre algunas de las posibles acciones del astronáufrago.
Pero, una vez leída la novela, la primera mueca respecto a la película vino con el trailer. Ver el trailer de esta película no se lo recomiendo a nadie. Cuenta, sin exagerar, dos tercios de la novela, lo cual parece ya de por sí un mal síntoma. Ciertamente, la novela está escrita de una manera tal que su pase al cine no debe ser complicado. Más concretamente: pasar esta novela por una "patria película americana" no es nada difícil.

Y me explico. SPOILER a partir de aquí.

¿Cuántas películas habremos visto en las que todo el planeta está pendiente de algo, un meteorito, un virus, una especie invasora? Sabemos que tooodo el mundo está preocupado porque de vez en cuando, pero, preferiblemente solo al final, se nos muestran algunos lugares del mundo con gente preocupada mirando la tele. No nos interesan quiénes son, solo muestran al espectador la preocupación del mundo terrestre. Un padre abraza preocupado a su hija en Bombay, una pareja enamorada unida por las manos en París, un grupo de ancianos en una residencia de Londres, una familia japonesa orando en algún templo, etc. Después de mostrarnos todo esto, cosa de medio minuto, volvemos a los protagonistas que, evidentemente, salvan al mundo. Todo el mundo está contento, los protagonistas se abrazan, el centro de control grita, el padre de Bombay alza a su hija hacia el cielo, los ancianos logran levantarse de sus asientos para gritar ¡hurra! mientras la pareja de París se besa apasionadamente y los japoneses en el templo simplemente aplauden contentos. 
Pues bien, esto en la novela, pasa, lo cual me hace torcer el gesto (otra vez), primero respeto de la novela y luego de lo que pueda venir en la película.

Espero que Ridley Scott no haya caído en la trampa. Dentro de poco lo sabremos.






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Recuerda, amigo lector, que esta reseña está basada única y exclusivamente en mi opinión y gusto personal que puede, o no, coincidir con la del resto de los mortales.




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